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Los únicos privilegiados son los niños y los ancianos

Cuando era una nena y ya sabía leer, me encantaba pasar por la General Paz y observar la inscripción en los troncos con una hermosa letra cursiva: “Los únicos privilegiados son los niños”.

Eran tiempos del primer peronismo donde contrario sensu de la concepción instalada hasta ese entonces, los niños tenían que estudiar y jugar.

Muchas familias desde principios del siglo XX en las grandes ciudades mandaban a sus hijos a la escuela hasta que aprendían a leer y las nociones mínimas de aritmética y a los 9 o 10 años tanto las nenas como los varones empezaban a trabajar en casa o talleres como aprendices o ayuda para todo…

Con Evita y con Perón la cosa empezó a cambiar… No solo se crearon miles de escuela sino también sitios de recreación y deportes por doquier para hacer posible eso de estudiar y jugar… En sus recorridas por el territorio de la Patria repartían muñecas, pelotas de futbol y juguetes a quienes jamás habían tenido un chiche en sus manos… Hay muchos ancianos que recuerdan esos gestos con los ojos brillosos de la emoción.

Mi abuelo paterno repetía orgulloso que sus nueve hijos (7 varones y dos mujeres) habían terminado la ´primaria, porque en su ámbito de referencia era algo fuera de lo común (Agrego que el 70 por ciento de sus nietos son graduados universitarios y el resto terminaron la secundaria. Eso se llama movilidad ascendente ¿verdad?)

En agosto de 1948 Evita promovió los derechos de la ancianidad, se crearon cientos de hogares para ancianos y se obtuvo una ley que otorgaba una pensión a los mayores de 60 años    Argentina fue precursora en la incorporación a su legislación de los derechos a los adultos mayores (como decimos hoy, en ese entonces les decían ancianos). Meses más tarde el 18 de noviembre de 1948 fueron proclamados también en la Asamblea General de las Naciones Unidas, algo que pocos recuerdan…

Para conocimiento de muchos y recuerdo de algunos, trascribo los derechos de la ancianidad que fueron añadidos a la Constitución de 1949., esa constitución maldita que tantos se esfuerzan por desconocer

Éstos son:

  1. Derecho a la Asistencia: Todo anciano tiene derecho a su protección integral por cuenta y cargo de su familia. En caso de desamparo, corresponde al Estado proveer a dicha protección, ya sea en forma directa o por intermedio de los institutos o fundaciones creados, o que se crearen, con ese fin, sin perjuicio de subrogación del Estado o de dichos institutos para demandar a los familiares remisos y solventes los aportes correspondientes.
  2. Derecho a la Vivienda: El derecho a un albergue higiénico con un mínimo de comodidades hogareñas es inherente a la condición humana. 
  3. Derecho a la Alimentación: La alimentación sana y adecuada a la edad y estado físico de cada uno debe ser contemplada en forma particular. 
  4. Derecho al Vestido: El vestido decoroso y apropiado al clima complementa el derecho anterior. 
  5. Derecho al Cuidado de la Salud Física: El cuidado de la salud física de los ancianos ha de ser preocupación especialísima y permanente.
  6. Derecho al Cuidado de la Salud Moral: Debe asegurarse el libre ejercicio de las expansiones espirituales, concordes con la moral y el culto. 
  7. Derecho al Esparcimiento: Ha de reconocerse a la ancianidad el derecho de gozar mesuradamente de un mínimo de entretenimientos para que pueda sobrellevar con satisfacción sus horas de espera.
  8. Derecho al Trabajo: Cuando su estado y condiciones lo permitan, la ocupación por medio de la laborterapia productiva ha de ser facilitada. Se evitará así la disminución de la personalidad. 
  9. Derecho a la Tranquilidad: Gozar de tranquilidad, libre de angustias y preocupaciones en los últimos años de existencia, es patrimonio del anciano. 
  10. Derecho al Respeto: La ancianidad tiene derecho al respeto y consideración de sus semejantes.

¡ Cuánta negación y cuánto despreció atravesó el odio al peronismo que estos derechos fueron paulatinamente pisoteados y hoy los adultos mayores son reprimidos ferozmente por reclamar migajas de sus jubilaciones!

¿Dónde quedaron estos privilegiados sometidos a la violencia institucional que no se privó de nada gaseando ayer a los viejos y a quienes los acompañaban en esos reclamos, inclusive a una nena de 10 años?

Insisto ¿Dónde fueron a parar esos cuidados que antaño se proclamaban?

Tenemos que reflexionar sobre estas violencias y estos olvidos porque de otro modo nos volveremos indiferentes al sufrimiento y a la sin razón

Cristina Campagna 12/09/ 2024